Nº 40

Dedicamos la nueva portada de Ballena Blanca a una inquietante realidad: ignorar el conocimiento científico sobre el calentamiento pone en grave peligro a la población. El fenómeno más acuciante de nuestra época también amenaza a los mensajeros que alertan sobre ello. Crecen de forma inaudita el acoso y odio a los investigadores e investigadoras que lo estudian y comunican sobre sus impactos. Analizamos esta grave paradoja a través de testimonios de científicos que hablan sobre las amenazas que sufren.

Además, en esta revista encontrarás más historias como estas:

• Copenhague quiere ser la primera ciudad del mundo con cero emisiones. La capital danesa ha logrado reducir un 80% sus emisiones desde 2009 y está muy cerca de conseguir ser neutra en carbono gracias a un plan climático con más de 60 iniciativas implementadas por etapas en cuatro grandes ámbitos: consumo de energía, producción energética, movilidad y medidas de la administración local.
• «Podemos esperar el mismo efecto que en el primer mandato de Trump: que más gente se comprometa con el cambio climático». Lo dice Linda Steg, Catedrática de psicología ambiental en la Universidad de Groninga, quien se dedica a investigar el comportamiento ciudadano frente al cambio climático. “La evidencia científica sostiene que solemos subestimar lo mucho que otras personas se preocupan por cuidar de los demás, por actuar de forma ecológica y por apoyar políticas climáticas”.
• Los pioneros abandonados de la fotovoltaica. Hace más de 15 años, alrededor de 62.000 familias invirtieron en la incipiente producción solar del país, animados por una campaña gubernamental que garantizaba el retorno de su inversión a diez años. El recorte de las ayudas ahogó a estos pequeños productores que, todavía hoy, siguen endeudados.